miércoles, 19 de mayo de 2010

Pequeños detalles que favorecen la accesibilidad en mayores

No hay nada mejor que tener el laboratorio en casa y poder disfrutar como una persona de 91 años puede valerse por si mismo en total independencia dentro de la casa. El uso de muchos detalles permite al mayor suplir con ellos la pérdida de facultades físicas.Jorge Cruz Inclán, CDr. Ing.

En la persona de 65 años o más, y la edad no puede ser fijada nunca, muchas de las cosas del hogar que antes no representaban un problema empiezan a serlo. En muchos casos la misma persona no logra identificar en que cosas es menos ágil, a que cosas se le dificulta acceder. Las costumbres y las rutinas diarias ayudan al incremento de la falta de accesibilidad e independencia personal, cuando son precisamente estos factores los que potenciados adecuadamente pueden dar mucho beneficio a la persona.

Las normas modernas y los distintos trabajos y guías que actualmente son vigentes para incrementar la independencia de los mayores en su entorno familiar y en espacios públicos obvian los pequeños detalles, que siendo un conjunto de pequeñas cosas tienen un gran impacto sobre la accesibilidad. Además son muy económicos.


El poder agarrar las cosas con firmeza, el poder ver bien, el escuchar adecuadamente y las alturas de las cosas que se usan son solo algunas esferas donde abundan las soluciones sencillas y económicas que tienen un gran beneficio.

Agarrar las cosas es importante para evitar accidentes, para hacer distintas cosas sin que algo se caiga al suelo. Es por ello que ya existen por ejemplo cubiertos con mangos más gruesos y que la persona puede agarrar con más seguridad. El mejor ejemplo del agarre esta en los picaportes de las puertas. Si son del redondo tipo americano son inaccesibles para la mayoría de los mayores al obligarlos a hacer girar la mano haciendo fuerza. Si este picaporte se sustituye por uno de palanca, el acceso es total.

Después de varias décadas con la mayoría de muebles de la casa con alturas muy bajas, las personas no identifican esto como un problema. Si a un mayor se le pone la cama con la altura del colchón a 50-54 cm de altura, accederá a la cama y se podrá levantar con total comodidad. Lo mismo ocurre con sillas y la butaca o sofá donde habitualmente se sienta. En asientos la altura ha de sobrepasar los 50 cm según los estudios modernos y la experiencia que hemos alcanzado. Debe probarse para cada mayor y los resultados espectaculares. En otros artículos hablamos de los sanitarios.

El Oído y la visión son los grandes invisibles de la accesibilidad cuando son primordiales para lograr un acceso seguro dentro del hogar. Mas iluminación, colores contrastantes, repetidores de timbres, zonas insonorizadas pueden garantizar un entorno mas seguro y lograr que la persona se sienta a gusto.

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